martes, 21 de marzo de 2017

Unámonos en Oración por nuestro Hermano y Pastor Paul Washer




En la noche de este lunes 20, el amado hermano y pastor estadounidense Paul David Washer sufrió un ataque al corazón. Al poco tiempo fue intervenido quirúrgicamente y al momento está estable, pero en condición muy delicada. Los medios para conocer la información más fidedigna sobre nuevos acontecimientos de la salud de nuestro hermano son las cuentas oficiales de Heartcry Missionary Society en Facebook y la cuenta del pastor Washer en Twitter.



El pastor Paul Washer es reconocido a lo largo del mundo por su pasión de predicar la santidad y bondad de Dios que transforma vidas en el evangelio. Él sirvió como misionero en Perú por 10 años y continúa sirviéndonos en el mundo hispano a través de esfuerzos de predicación, conferencias, libros, y su oración. Él está casado con Rosario Washer y juntos tienen cuatro hijos. A lo largo de los años, él ha atravesado por diversas y serias dificultades de salud (incluyendo operaciones en la cadera, una muñeca, una rodilla y dolor crónico por años), y el Señor le ha sostenido y sustentado.

Habiendo compartido con él en diversas ocasiones, puedo decirles que este es un hombre con una profunda pasión por ver a Dios exaltado en todo el mundo, con un particular deseo porque nuestros países hispanos sirvan con gozo al Dios de la Palabra.

Por favor, acompáñanos orando porque el Señor restaure la salud de nuestro hermano y nos permita ver más fruto de la obra del Espíritu en Paul por muchos años más. Él confiesa que Dios ha obrado a favor de su salud en diversas ocasiones, y es nuestra oración que Él quiera hacerlo una vez más. Oremos también por su familia, por los médicos, por los amigos, y porque Dios sea glorificado en gracia y bondad.


“Antes le decía a los jóvenes predicadores: ‘Para poder predicar necesitas el poder de Dios en tu vida’. Ahora les digo: ‘Para poder atar tus zapatos necesitas el poder de Dios en tu vida”, Paul Washer


Señor, muestra tu poder en la vida de tu hijo.


Autor:   JAIRO NAMNÚN
Fuente: Coalición por el Evangelio

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