Después de bajar a las aguas con el apoyo de los colaboradores de la iglesia, Carmelo Isaia y Mario Biangiardi, Enza se detuvo por un instante y empezó a mirar los rostros de los hombres que estaban a su lado.
Al ver que podía ver normalmente, Enza levantó sus manos y glorificó a Dios. En aquel día, ella fue curada de un grado severo de “ptosis palpebral bilateral” y “estrabismo convergente”.
Enza era reconocida por la junta médica como “portadora de deficiencia” a causa de su diagnóstico, de acuerdo con la legislación italiana.
Después de la curación manifestada, ya no dependerá de los beneficios del gobierno para sobrevivir. Después de volver a la playa, los miembros de la iglesia y los familiares que estaban presentes se emocionaron con el actuar de Dios en la vida de Enza.
El mismo Jesús dijo en una ocasión “En verdad, en verdad os digo: el que cree en mí, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores que éstas hará, porque yo voy al Padre”. Juan 14:12
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